10
¿Ni los cuatro mil que alimenté con siete panes ni las grandes canastas con sobras que recogieron?
11
¿Por qué no pueden entender que no hablo de pan? Una vez más les digo: “Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y de los saduceos”».
12
Entonces, al fin, comprendieron que no les hablaba de la levadura del pan, sino de las enseñanzas engañosas de los fariseos y de los saduceos.
13
Declaración de Pedro acerca de Jesús
Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo, les preguntó a sus discípulos:
14
—Bueno —contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen Jeremías o algún otro profeta.
15
Entonces les preguntó:
16
Simón Pedro contestó:
—Tú eres el Mesías,
el Hijo del Dios viviente.
17
Jesús respondió:
18
Ahora te digo que tú eres Pedro (que quiere decir “roca”),
y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte
no la conquistará.
19
Y te daré las llaves del reino del cielo. Todo lo que prohíbas
en la tierra será prohibido en el cielo, y todo lo que permitas
en la tierra será permitido en el cielo.
20
Luego advirtió severamente a los discípulos que no le contaran a nadie que él era el Mesías.