28
—Bueno —contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen que eres uno de los otros profetas.
29
Entonces les preguntó:
Pedro contestó:
—Tú eres el Mesías.
30
Pero Jesús les advirtió que no le contaran a nadie acerca de él.
31
Jesús predice su muerte
Entonces Jesús comenzó a decirles que el Hijo del Hombre
tendría que sufrir muchas cosas terribles y ser rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Lo matarían, pero tres días después resucitaría.
32
Mientras hablaba abiertamente de eso con sus discípulos, Pedro lo llevó aparte y empezó a reprenderlo por decir semejantes cosas.
33
Jesús se dio la vuelta, miró a sus discípulos y reprendió a Pedro:
—dijo—.
34
Entonces llamó a la multitud para que se uniera a los discípulos, y dijo:
35
Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás; pero si entregas tu vida por mi causa y por causa de la Buena Noticia, la salvarás.
36
¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma?
37
¿Hay algo que valga más que tu alma?
38
Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje en estos días de adulterio y de pecado, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en la gloria de su Padre con sus santos ángeles».