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y Pilato le preguntó: «¿No vas a contestarles? ¿Qué me dices de las acusaciones que presentan en tu contra?».
5
Entonces, para sorpresa de Pilato, Jesús no dijo nada.
6
Ahora bien, era costumbre del gobernador poner en libertad a un preso cada año, durante la celebración de la Pascua, el que la gente pidiera.
7
Uno de los presos en ese tiempo era Barrabás, un revolucionario que había cometido un asesinato durante un levantamiento.
8
La multitud acudió a Pilato y le pidió que soltara a un preso como era la costumbre.
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«¿Quieren que les deje en libertad a este “rey de los judíos”?», preguntó Pilato.
10
(Pues ya se había dado cuenta de que los principales sacerdotes habían arrestado a Jesús por envidia).
11
Sin embargo, en ese momento, los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que exigiera la libertad de Barrabás en lugar de la de Jesús.
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Pilato les preguntó:
—Entonces, ¿qué hago con este hombre al que ustedes llaman rey de los judíos?
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—¡Crucifícalo! —le contestaron a gritos.
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—¿Por qué? —insistió Pilato—. ¿Qué crimen ha cometido?
Pero la turba rugió aún más fuerte:
—¡Crucifícalo!