4
Entonces el dueño envió a otro siervo, pero lo insultaron y le pegaron en la cabeza.
5
Al próximo siervo que envió, lo mataron. Envió a otros, a unos los golpearon y a otros los mataron,
6
hasta que le quedó sólo uno, su hijo, a quien amaba profundamente. Finalmente, el dueño lo envió porque pensó: “Sin duda, respetarán a mi hijo”.
7
»Los agricultores se dijeron unos a otros: “Aquí viene el heredero de esta propiedad. ¡Matémoslo y nos quedaremos con la propiedad!”.
8
Así que lo agarraron, lo asesinaron y tiraron su cuerpo fuera del viñedo.
9
—preguntó Jesús—.
10
¿Nunca leyeron en las Escrituras:
“La piedra que los constructores rechazaron
ahora se ha convertido en la piedra principal.
11
Esto es obra del Señor
y es maravilloso verlo”
?».
12
Los líderes religiosos
querían arrestar a Jesús porque se dieron cuenta de que contaba esa historia en contra de ellos, pues ellos eran los agricultores malvados; pero tenían miedo de la multitud, así que lo dejaron y se marcharon.
13
Los impuestos para el César
Después los ancianos enviaron a algunos fariseos y partidarios de Herodes para hacer que Jesús cayera en la trampa de decir algo por lo cual pudiera ser arrestado.
14
—Maestro —dijeron—, sabemos lo honesto que eres. Eres imparcial y no tienes favoritismos. Enseñas con verdad el camino de Dios. Ahora dinos, ¿es correcto que paguemos impuestos al César o no?
15
¿Debemos o no pagarlos?
Jesús se dio cuenta de su hipocresía y dijo:
16
Cuando se la dieron, les preguntó:
—Al César —contestaron.
17
—dijo Jesús—,
Su respuesta los dejó totalmente asombrados.
18
Discusión acerca de la resurrección
Después se acercaron a Jesús algunos saduceos, líderes religiosos que dicen que no hay resurrección después de la muerte. Le plantearon la siguiente pregunta:
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—Maestro, Moisés nos dio una ley que dice que, si un hombre muere y deja a una esposa sin hijos, su hermano debe casarse con la viuda y darle un hijo para que el nombre del hermano continúe.
20
Ahora bien, supongamos que había siete hermanos. El mayor se casó y murió sin dejar hijos.
21
Entonces el segundo hermano se casó con la viuda, pero también murió sin dejar hijos. Luego el tercer hermano se casó con ella.
22
Lo mismo sucedió con los siete y aún no había hijos. Por último, la mujer también murió.
23
Entonces dinos, ¿de quién será esposa en la resurrección? Pues los siete estuvieron casados con ella.
24
Jesús contestó: