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La gran multitud se deleitaba al escucharlo.
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Jesús también enseñó:
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¡Y cómo les encanta ocupar los asientos de honor en las sinagogas y sentarse a la mesa principal en los banquetes!
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Sin embargo, estafan descaradamente a las viudas para apoderarse de sus propiedades y luego pretenden ser piadosos haciendo largas oraciones en público. Por eso serán castigados con más severidad».
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La ofrenda de la viuda
Jesús se sentó cerca de la caja de las ofrendas del templo y observó mientras la gente depositaba su dinero. Muchos ricos echaban grandes cantidades.
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Entonces llegó una viuda pobre y echó dos monedas pequeñas.
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Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
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Pues ellos dieron una mínima parte de lo que les sobraba, pero ella, con lo pobre que es, dio todo lo que tenía para vivir».