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porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que hay que decir».
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Parábola del rico insensato
Entonces alguien de la multitud exclamó:
—Maestro, por favor, dile a mi hermano que divida la herencia de nuestro padre conmigo.
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Jesús le respondió:
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Y luego dijo:
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Luego les contó una historia:
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Se dijo a sí mismo: “¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas”.
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Entonces pensó: “Ya sé. Tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes.
19
Luego me pondré cómodo y me diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!’”.
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»Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”.
21
»Así es, el que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con Dios es un necio».
22
Enseñanza acerca del dinero y las posesiones
Luego, dirigiéndose a sus discípulos, dijo:
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Pues la vida es más que la comida, y el cuerpo es más que la ropa.
24
Miren los cuervos. No plantan ni cosechan ni guardan comida en graneros, porque Dios los alimenta. ¡Y ustedes son para él mucho más valiosos que cualquier pájaro!
25
¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida?
26
Y, si por mucho preocuparse no se logra algo tan pequeño como eso, ¿de qué sirve preocuparse por cosas más grandes?
27
»Miren cómo crecen los lirios. No trabajan ni cosen su ropa; sin embargo, ni Salomón con toda su gloria se vistió tan hermoso como ellos.
28
Y, si Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen tan poca fe?
29
»No se inquieten por lo que van a comer o lo que van a beber. No se preocupen por esas cosas.
30
Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos en todo el mundo, pero su Padre ya conoce sus necesidades.
31
Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y él les dará todo lo que necesiten.
32
»Así que no se preocupe, pequeño rebaño. Pues al Padre le da mucha felicidad entregarles el reino.
33
»Vendan sus posesiones y den a los que pasan necesidad. ¡Eso almacenará tesoros para ustedes en el cielo! Y las bolsas celestiales nunca se ponen viejas ni se agujerean. El tesoro de ustedes estará seguro; ningún ladrón podrá robarlo y ninguna polilla, destruirlo.
34
Donde esté su tesoro, allí estarán también los deseos de su corazón.
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Preparados para la venida del Señor
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como si esperaran el regreso de su amo de la fiesta de bodas. Entonces estarán listos para abrirle la puerta y dejarlo entrar en el momento que llegue y llame.
37
Los siervos que estén listos y a la espera de su regreso serán recompensados. Les digo la verdad, él mismo les indicará dónde sentarse, se pondrá el delantal y les servirá mientras están a la mesa y comen.
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Puede ser que llegue en la mitad de la noche o durante la madrugada,
pero cualquiera sea la hora a la que llegue, recompensará a los siervos que estén preparados.
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»Entiendan lo siguiente: si el dueño de una casa supiera exactamente a qué hora viene un ladrón, no dejaría que asaltara su casa.
40
Ustedes también deben estar preparados todo el tiempo, porque el Hijo del Hombre vendrá cuando menos lo esperen.
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Pedro preguntó:
—Señor, ¿esa ilustración es solo para nosotros o es para todos?
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Y el Señor respondió: