22
Después, Moisés presentó el otro carnero, el de la ordenación. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero,
23
y Moisés lo mató. Después tomó un poco de la sangre y se la untó a Aarón en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo de su pie derecho.
24
A continuación, Moisés presentó a los hijos de Aarón y les untó un poco de la sangre en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho. Luego salpicó el resto de la sangre por todos los lados del altar.
25
Acto seguido, Moisés tomó la grasa del carnero, que incluye la grasa de la cola gorda, la que rodea las vísceras, el lóbulo largo del hígado, los dos riñones con la grasa que los rodea, junto con el muslo derecho.
26
Encima de estos puso un pan plano preparado sin levadura, un pan mezclado con aceite de oliva y una oblea untada con aceite de oliva. Estos panes los tomó de la cesta de los panes preparados sin levadura que se había colocado en la presencia del Señor
.
27
Entonces, Moisés puso todo esto en las manos de Aarón y sus hijos, y los levantó al Señor
como una ofrenda especial.
28
Luego Moisés les quitó de las manos todas estas ofrendas y las quemó sobre el altar, encima de la ofrenda quemada. Esta era la ofrenda de ordenación; era un aroma agradable, una ofrenda especial presentada al Señor
.
29
Después Moisés tomó el pecho y lo levantó como una ofrenda especial al Señor
. Esta era la porción que le pertenecía a Moisés del carnero de la ordenación, tal como el Señor
le había ordenado.
30
A continuación Moisés tomó un poco del aceite de la unción y algo de la sangre que estaba en el altar y los roció sobre Aarón y sus vestiduras y sobre los hijos de Aarón y sus vestiduras. De esta manera, hizo santos a Aarón y a sus hijos junto con sus vestiduras.
31
Después Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos: «Hiervan el resto de la carne de las ofrendas a la entrada del tabernáculo, y cómanla ahí mismo, junto con el pan que está en la cesta de las ofrendas para la ordenación, tal como lo ordené cuando dije: “Aarón y sus hijos se lo comerán”.
32
Quemen todo lo sobrante de la carne y del pan.
33
No salgan de la entrada del tabernáculo durante siete días, porque hasta entonces habrá terminado la ceremonia de la ordenación.
34
Todo lo que hemos hecho hoy fue ordenado por el Señor
con el fin de purificarlos y hacerlos justos ante él.
35
Ahora permanezcan a la entrada del tabernáculo día y noche durante siete días y hagan todo lo que el Señor
exige. Si no lo hacen, morirán, porque esto es lo que el Señor
ha ordenado».
36
Entonces Aarón y sus hijos hicieron todo lo que el Señor
había ordenado por medio de Moisés.