1
Gedeón mata a Zeba y a Zalmuna
Entonces la gente de Efraín le preguntó a Gedeón:
—¿Por qué nos has tratado así? ¿Por qué no nos llamaste desde el principio cuando saliste a pelear con los madianitas?
Y tuvieron una fuerte discusión con Gedeón.
2
Pero Gedeón les contestó:
—¿Qué he logrado yo comparado con lo que han hecho ustedes? ¿Acaso los racimos olvidados de la cosecha de Efraín no son mucho mejores que todos los cultivos de mi pequeño clan de Abiezer?
3
Dios les dio a ustedes la victoria sobre Oreb y Zeeb, los comandantes del ejército madianita. ¿Qué he logrado yo en comparación con eso?
Cuando los hombres de Efraín oyeron la respuesta de Gedeón, se calmó su enojo.
4
Luego Gedeón cruzó el río Jordán con sus trescientos hombres y, aunque estaban agotados, continuaron persiguiendo al enemigo.
5
Cuando llegaron a Sucot, Gedeón les pidió a los líderes de la ciudad:
—Por favor, denles algo de comer a mis guerreros. Están muy cansados. Estoy persiguiendo a Zeba y a Zalmuna, los reyes de Madián.
6
Pero los líderes de Sucot le respondieron:
—Primero captura a Zeba y a Zalmuna, y después alimentaremos a tu ejército.
7
Entonces Gedeón les dijo:
—Cuando el Señor
me dé la victoria sobre Zeba y Zalmuna, volveré y les desgarraré la carne con espinos y zarzas del desierto.
8
Desde allí Gedeón subió a Peniel
y una vez más pidió alimentos, pero obtuvo la misma respuesta.
9
Así que le dijo a la gente de Peniel: «Cuando vuelva victorioso, derribaré esta torre».
10
Para entonces, Zeba y Zalmuna se encontraban en Carcor con quince mil guerreros, que era todo lo que quedaba de los ejércitos aliados del oriente, porque ya habían matado a ciento veinte mil.
11
Entonces Gedeón rodeó por la ruta de las caravanas que está al oriente de Noba y Jogbeha, y tomó al ejército madianita por sorpresa.
12
Así que Zeba y Zalmuna, los dos reyes madianitas, huyeron, pero Gedeón los persiguió y capturó a todos sus guerreros.
13
Después, Gedeón regresó de la batalla por el paso de Heres.
14
Allí capturó a un joven de Sucot y le exigió que pusiera por escrito los nombres de los setenta y siete líderes y ancianos de la ciudad.