11
Los líderes judíos lo buscaron durante todo el festival y no dejaron de preguntar a la gente si alguien lo había visto.
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Se oían muchas discusiones acerca de él entre la multitud. Unos afirmaban: «Es un buen hombre», mientras que otros decían: «No es más que un farsante que engaña a la gente»;
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pero nadie se atrevía a hablar bien de él en público por miedo a tener problemas con los líderes judíos.
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Entonces, en la mitad del festival, Jesús subió al templo y comenzó a enseñar.
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Los presentes
quedaron maravillados al oírlo. Se preguntaban: «¿Cómo es que sabe tanto sin haber estudiado?».
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Así que Jesús les dijo:
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Todo el que quiera hacer la voluntad de Dios sabrá si lo que enseño proviene de Dios o solo hablo por mi propia cuenta.
18
Los que hablan por su propia cuenta buscan su propia gloria, pero el que busca honrar a quien lo envió, habla con la verdad, no con mentiras.
19
Moisés les dio la ley, ¡pero ninguno de ustedes la cumple! De hecho, tratan de matarme.
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—¡Estás endemoniado! —respondió la multitud—. ¿Quién trata de matarte?
21
Jesús contestó: