12
dijo Jesús. Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle: «¿Quién eres?». Todos sabían que era el Señor.
13
Entonces Jesús les sirvió el pan y el pescado.
14
Esa fue la tercera vez que se apareció a sus discípulos después de haber resucitado de los muertos.
15
Después del desayuno, Jesús le preguntó a Simón Pedro:
—Sí, Señor —contestó Pedro—, tú sabes que te quiero.
—le dijo Jesús.
16
Jesús repitió la pregunta:
—Sí, Señor —dijo Pedro—, tú sabes que te quiero.
—dijo Jesús.
17
Le preguntó por tercera vez:
A Pedro le dolió que Jesús le dijera la tercera vez: «¿Me quieres?». Le contestó:
—Señor, tú sabes todo. Tú sabes que yo te quiero.
Jesús dijo:
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»Te digo la verdad, cuando eras joven, podías hacer lo que querías; te vestías tú mismo e ibas adonde querías ir. Sin embargo, cuando seas viejo, extenderás los brazos, y otros te vestirán y te llevarán
adonde no quieras ir.
19
Jesús dijo eso para darle a conocer el tipo de muerte con la que Pedro glorificaría a Dios. Entonces Jesús le dijo:
20
Pedro se dio vuelta y vio que, detrás de ellos, estaba el discípulo a quien Jesús amaba, el que se había inclinado hacia Jesús durante la cena para preguntarle: «Señor, ¿quién va a traicionarte?».
21
Pedro le preguntó a Jesús:
—Señor, ¿qué va a pasar con él?
22
Jesús contestó:
23
Así que entre la comunidad de los creyentes
corrió el rumor de que ese discípulo no moriría; pero eso no fue en absoluto lo que dijo Jesús. Él sólo dijo:
24
Ese discípulo es el que da testimonio de todos estos sucesos y los ha registrado en este libro; y sabemos que su relato es fiel.
25
Jesús también hizo muchas otras cosas. Si todas se pusieran por escrito, supongo que el mundo entero no podría contener los libros que se escribirían.