21
La tierra de Rubén también abarcaba todas las ciudades de la llanura y todo el reino de Sehón. Sehón era el rey amorreo que había reinado en Hesbón y había muerto a manos de Moisés junto con los líderes de Madián —Evi, Requem, Zur, Hur y Reba—, príncipes que vivían en la región y aliados de Sehón.
22
Los israelitas también habían matado a Balaam, hijo de Beor, quien usaba magia para predecir el futuro.
23
El río Jordán marcaba el límite occidental de la tribu de Rubén. A los clanes de la tribu de Rubén se les dieron las ciudades y las aldeas vecinas de ese territorio para que fueran su hogar.
24
La tierra entregada a la tribu de Gad
Moisés había asignado la siguiente porción a los clanes de la tribu de Gad:
25
ese territorio incluía Jazer, todas las ciudades de Galaad y la mitad de la tierra de Amón tan lejos como la ciudad de Aroer, justo al occidente de
Rabá.
26
Se extendía desde Hesbón hasta Ramat-mizpa y Betonim, y desde Mahanaim hasta Lodebar.
27
En el valle, se encontraban las ciudades de Bet-aram, Bet-nimra, Sucot, Zafón y el resto del reino de Sehón, rey de Hesbón. La frontera occidental se extendía a lo largo del río Jordán, su extremo norte llegaba hasta la punta del mar de Galilea
y luego giraba hacia el oriente.
28
A los clanes de la tribu de Gad se les dieron las ciudades y las aldeas vecinas de ese territorio para que fueran su hogar.
29
La tierra entregada a la media tribu de Manasés
Moisés había asignado la siguiente porción a los clanes de la media tribu de Manasés:
30
ese territorio se extendía desde Mahanaim y abarcaba todo Basán, todo el antiguo reino del rey Og y las sesenta ciudades de Jair, en Basán.
31
También incluía la mitad de Galaad y Astarot y Edrei, ciudades de la realeza que pertenecían al rey Og. Todo eso se les entregó a los clanes de los descendientes de Maquir, hijo de Manasés.