15
El sol y la luna se oscurecerán
y las estrellas dejarán de brillar.
16
La voz del Señor
pronto rugirá desde Sión
y tronará desde Jerusalén
y los cielos y la tierra temblarán;
pero el Señor
será un refugio para su pueblo,
una fortaleza firme para el pueblo de Israel.
17
Bendiciones para el pueblo de Dios
«Entonces ustedes sabrán que yo, el Señor
su Dios,
habito en Sión, mi monte santo.
Jerusalén será santa para siempre
y los ejércitos extranjeros nunca más volverán a conquistarla.
18
En aquel día las montañas destilarán vino dulce
y de los montes fluirá leche.
El agua llenará los arroyos de Judá
y del templo del Señor
brotará una fuente
que regará el árido valle de las acacias.
19
Sin embargo, Egipto se convertirá en tierra baldía
y Edom en un desierto
porque atacaron al pueblo de Judá
y mataron a gente inocente en la tierra de ellos.
20
»Judá, en cambio, se llenará de gente para siempre
y Jerusalén perdurará a través de todas las generaciones.
21
Perdonaré los crímenes de mi pueblo
que todavía no he perdonado;
y yo, el Señor
, haré mi hogar
en Jerusalén
con mi pueblo».