1
Eliú siguió hablando:
2
«Déjame seguir, y te mostraré la verdad,
¡porque no he terminado de defender a Dios!
3
Presentaré argumentos profundos
a favor de la justicia de mi Creador.
4
Estoy diciendo sólo la verdad,
porque soy un hombre de gran conocimiento.
5
»Dios es poderoso, ¡pero no desprecia a nadie!
Él es poderoso tanto en fuerza como en entendimiento.
6
No deja con vida a los malvados
pero hace justicia a los afligidos.
7
Nunca quita los ojos de los inocentes,
sino que los pone en tronos en compañía de reyes
y los exalta para siempre.
8
Si están encadenados,
y atrapados en una red de dificultades,
9
él les muestra la causa;
les hace ver sus pecados de soberbia.
10
Él capta su atención
y ordena que se aparten de la maldad.
11
»Si escuchan y obedecen a Dios,
serán bendecidos con prosperidad por el resto de su vida.
Todos sus años serán agradables.
12
Pero si se niegan a escucharlo,
serán muertos a filo de espada
y morirán por falta de entendimiento.
13
Los incrédulos están llenos de resentimiento.
Aun cuando Dios los castiga,
se niegan a pedirle auxilio.
14
Mueren en plena juventud,
después de haber malgastado la vida en inmoralidad.