16
»Ahora escúchame, si eres sabio;
presta atención a lo que digo.
17
¿Podría Dios gobernar si odiara la justicia?
¿Condenarás al juez todopoderoso?
18
Pues él dice a los reyes: “Ustedes son malvados”,
y a los nobles: “Ustedes son injustos”.
19
A él no le importa la grandeza que pueda tener una persona
y no presta más atención al rico que al pobre,
él creó a todos.
20
En un instante mueren;
fallecen en la mitad de la noche;
los poderosos se van sin la intervención de mano humana.
21
»Pues Dios observa cómo vive la gente;
ve todo lo que ellos hacen.
22
No hay oscuridad tan densa
que pueda esconder a los malos de sus ojos.
23
No decidimos nosotros el momento
de presentarnos ante Dios para ser juzgados.
24
Él lleva a los poderosos a la ruina sin consultar a nadie,
y pone a otros en su lugar.
25
Él sabe lo que hacen,
y por la noche los vence y los destruye.
26
Los derriba porque son malvados,
lo hace abiertamente para que todos lo vean.