2
«¡Qué manera de ayudar a los indefensos!
¡Cómo salvas a los débiles!
3
¡Cómo has iluminado mi estupidez!
¡Qué consejo tan sabio has ofrecido!
4
¿De dónde sacaste esas frases tan sabias?
¿El espíritu de quién habla por medio de ti?
5
»Tiemblan los muertos:
los que habitan debajo de las aguas.
6
El averno
está desnudo en presencia de Dios;
el lugar de destrucción
está al descubierto.
7
Dios extiende el cielo del norte sobre el espacio vacío
y cuelga a la tierra sobre la nada.
8
Envuelve la lluvia con sus densas nubes
y las nubes no estallan con el peso.
9
Él cubre el rostro de la luna
y la envuelve con las nubes.
10
Él creó el horizonte cuando separó las aguas;
estableció los límites entre el día y la noche.
11
Los cimientos del cielo tiemblan;
se estremecen ante su reprensión.
12
El mar se calmó por su poder;
con su destreza aplastó al gran monstruo marino.
13
Su Espíritu hizo hermosos los cielos,
y su poder atravesó a la serpiente deslizante.
14
Eso es solo el comienzo de todo lo que él hace,
apenas un susurro de su poder.
¿Quién podrá, entonces, comprender el trueno de su poder?».