8
Se desvanecerán como un sueño y nadie los encontrará;
desaparecerán como una visión nocturna.
9
Quienes alguna vez los vieron, no los verán más;
sus familias nunca volverán a verlos.
10
Sus hijos mendigarán de los pobres
porque tendrán que devolver las riquezas que robaron.
11
A pesar de ser jóvenes
sus huesos yacerán en el polvo.
12
»Ellos disfrutaron del dulce sabor de la maldad,
dejando que se deshiciera bajo su lengua.
13
La saborearon,
dejándola mucho tiempo en la boca;
14
pero de repente, la comida en su estómago se vuelve ácida,
un veneno en su vientre.
15
Vomitarán la riqueza que se tragaron;
Dios no permitirá que la retengan.
16
Chuparán el veneno de cobras
y la víbora los matará.
17
Nunca más disfrutarán de las corrientes de aceite de oliva
ni de los ríos de leche y miel.
18
Devolverán todo lo que consiguieron con tanto esfuerzo;
su riqueza no les traerá alegría.