9
Dios me odia y me despedaza en su enojo.
Rechina los dientes contra mí
y me atraviesa con su mirada.
10
La gente me abuchea y se ríe de mí.
Con desprecio me dan bofetadas en la mejilla,
y una turba se junta en mi contra.
11
Dios me ha entregado a los pecadores
y me ha arrojado en manos de los malvados.
12
»Yo vivía tranquilo hasta que él me quebró;
me tomó por el cuello y me hizo pedazos.
Después me usó como blanco
13
y ahora sus arqueros me rodean.
Sus flechas me atraviesan sin misericordia
y el suelo está empapado con mi sangre.
14
Una y otra vez él se estrella contra mí,
arremete como un guerrero.
15
Me visto de tela áspera en señal de mi dolor.
Mi orgullo yace en el polvo.
16
Mis ojos están enrojecidos de tanto llorar;
los rodean sombras oscuras.
17
Sin embargo, no he hecho nada malo
y mi oración es pura.
18
»Oh tierra, no escondas mi sangre;
deja que clame por mí.
19
Ahora mismo, mi testigo está en el cielo;
mi abogado está en las alturas.