14
Una y otra vez él se estrella contra mí,
arremete como un guerrero.
15
Me visto de tela áspera en señal de mi dolor.
Mi orgullo yace en el polvo.
16
Mis ojos están enrojecidos de tanto llorar;
los rodean sombras oscuras.
17
Sin embargo, no he hecho nada malo
y mi oración es pura.
18
»Oh tierra, no escondas mi sangre;
deja que clame por mí.
19
Ahora mismo, mi testigo está en el cielo;
mi abogado está en las alturas.
20
Mis amigos me desprecian,
y derramo mis lágrimas ante Dios.
21
Necesito un mediador entre Dios y yo,
como una persona que intercede entre amigos.
22
Pues pronto me tocará recorrer ese camino
del que nunca volveré.