27
»Esos malvados están gordos y son prósperos;
su cintura se hincha de grasa,
28
pero sus ciudades quedarán en ruinas.
Vivirán en casas abandonadas
a punto de derrumbarse.
29
No durarán sus riquezas
ni sus bienes permanecerán.
Sus posesiones ya no se extenderán hasta el horizonte.
30
»No escaparán de las tinieblas.
El sol abrasador secará sus retoños
y el aliento de Dios los destruirá.
31
Que no se engañen más confiando en riquezas huecas,
porque su única recompensa será el vacío.
32
Como árboles, serán cortados en la flor de la vida;
sus ramas no reverdecerán jamás.
33
Serán como una vid cuyas uvas se recogen demasiado temprano,
como un olivo que pierde sus flores antes de que se forme el fruto.
34
Pues los que viven sin Dios son estériles.
Sus casas, enriquecidas mediante el soborno, se quemarán.
35
Conciben desgracia y dan a luz maldad;
su vientre produce engaño».