2
En los días futuros —dice el Señor
—,
haré sonar el grito de guerra contra la ciudad de Rabá.
Se convertirá en un montón de escombros
y las ciudades vecinas serán quemadas.
Entonces Israel volverá a tomar
la tierra que ustedes le quitaron —dice el Señor
—.
3
Clama, oh Hesbón,
porque la ciudad de Hai quedó destruida.
¡Lloren, oh habitantes de Rabá!
Pónganse ropa de luto.
Lloren y giman, escondidos detrás de los arbustos,
porque su dios Moloc será llevado a tierras lejanas
junto con sus sacerdotes y funcionarios.
4
Estás orgullosa de tus fértiles valles, hija rebelde,
pero pronto se convertirán en ruinas.
Confiaste en tus riquezas
y pensaste que nadie podría hacerte daño.
5
¡Pero mira! Yo traeré terror sobre ti
—dice el Señor, el Señor
de los Ejércitos Celestiales—.
Tus vecinos te expulsarán de tu tierra
y nadie ayudará a tus desterrados cuando huyan.
6
Sin embargo, yo restableceré el bienestar de los amonitas
en los días venideros.
Yo, el Señor
, he hablado».
7
Mensajes acerca de Edom
Este es el mensaje que se dio acerca de Edom. Esto dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales:
«¿No hay sabiduría en Temán?
¿No queda nadie que pueda dar sabios consejos?
8
¡Dense la vuelta y huyan!
¡Escóndanse en cuevas profundas, habitantes de Dedán!
Pues cuando yo traiga desastre sobre Edom,
¡a ti también te castigaré!
9
Los que cosechan uvas
siempre dejan algunas para los pobres.
Si de noche vinieran los ladrones
ni ellos se llevarían todo;
10
pero yo despojaré la tierra de Edom
y no habrá lugar dónde esconderse.
Sus hijos, hermanos y vecinos
serán todos destruidos,
y Edom no existirá más.
11
Pero protegeré a los huérfanos que queden entre ustedes.
También sus viudas pueden contar con mi ayuda».
12
Así dice el Señor
: «Si el inocente debe sufrir, ¡cuanto más tú! ¡No quedarás sin castigo! ¡Debes beber de esta copa de juicio!