7 En toda la historia nunca ha habido un tiempo de terror como este.
Será un tiempo de angustia para mi pueblo Israel.
¡Pero al final será salvo!
8 Pues en ese día,
—dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales—,
quebraré el yugo de sus cuellos
y romperé sus cadenas.
Los extranjeros no serán más sus amos.
9 Pues mi pueblo servirá al Señor
su Dios
y a su rey, descendiente de David,
el rey que yo le levantaré.
10 »Así que no temas, Jacob, mi siervo;
no te dejes abatir, Israel
—dice el Señor
—.
Pues desde tierras lejanas los traeré de regreso a casa,
y sus hijos regresarán del destierro.
Israel regresará a una vida de paz y tranquilidad,
y nadie lo atemorizará.
11 Yo estoy contigo y te salvaré
—dice el Señor
—.
Destruiré por completo a las naciones entre las cuales te esparcí,
pero a ti no te destruiré por completo.
Te disciplinaré, pero con justicia;
no puedo dejarte sin castigo».
12 Esto dice el Señor
:
«Tu lesión es incurable,
una herida terrible.
13 No hay nadie que te ayude
ni que vende tu herida.
Ningún medicamento puede curarte.
14 Todos tus amantes, tus aliados, te han abandonado
y ya no se interesan por ti.
Te he herido cruelmente
como si fuera tu enemigo.
Pues tus pecados son muchos
y tu culpa es grande.
15 ¿Por qué te quejas de tu castigo,
de esta herida que no tiene cura?
He tenido que castigarte
porque tus pecados son muchos
y tu culpa es grande.
16 »Pero todos los que te devoran serán devorados,
y todos tus enemigos serán enviados al destierro.
Todos los que te saquean serán saqueados,
y todos los que te atacan serán atacados.
17 Te devolveré la salud
y sanaré tus heridas —dice el Señor
—,
aunque te llamen desechada, es decir,
“Jerusalén,
de quien nadie se interesa”».
18 Esto dice el Señor
:
«Cuando del cautiverio traiga a Israel de regreso a casa
y cuando restablezca su bienestar,
Jerusalén será reedificada sobre sus ruinas
y el palacio reconstruido como antes.
19 Habrá alegría y canciones de acción de gracias,
y multiplicaré a mi pueblo, no lo reduciré;
lo honraré, no lo despreciaré.
20 Sus hijos prosperarán como en el pasado.
Los estableceré como una nación delante de mí,
y castigaré a cualquiera que les haga daño.
21 Volverán a tener su propio gobernante,
quien surgirá de entre ellos mismos.
Lo invitaré a que se acerque a mí —dice el Señor
—,
porque ¿quién se atrevería a acercarse sin ser invitado?
22 Ustedes serán mi pueblo
y yo seré su Dios».
23 ¡Miren! El enojo del Señor
estalla como una tormenta,
un viento devastador que se arremolina sobre las cabezas de los perversos.
24 La ira feroz del Señor
no disminuirá
hasta que haya terminado con todo lo que él tiene pensado.
En los días futuros
ustedes entenderán todo esto.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Jeremías 30:7 "¡Ay! porque grande es aquel día, no hay otro semejante a él; es tiempo de angustia para Jacob, mas de ella será librado.

English Standard Version ESV

Jeremiah 30:7 Alas! That day is so great there is none like it; it is a time of distress for Jacob; yet he shall be saved out of it.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Jeremías 30:7 ¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él; y tiempo de angustia para Jacob; mas de ella será librado

King James Version KJV

Jeremiah 30:7 Alas! for that day is great, so that none is like it: it is even the time of Jacob's trouble; but he shall be saved out of it.

New King James Version NKJV

Jeremiah 30:7 Alas! For that day is great, So that none is like it; And it is the time of Jacob's trouble, But he shall be saved out of it.

Nueva Versión Internacional NVI

Jeremías 30:7 ¡Ay! Será un día terrible,un día que no tiene parangón.Será un tiempo de angustia para Jacob,pero será librado de ella.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Jeremías 30:7 ¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante á él: tiempo de angustia para Jacob; mas de ella será librado.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Jeremías 30:7 ¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él; y tiempo de angustia para Jacob; mas de ella será librado.

Herramientas de Estudio para Jeremías 30:7-24