14
»”Regresen a casa, ustedes, hijos descarriados
—dice el Señor
—,
porque yo soy su amo.
Los traeré de regreso a la tierra de Israel,
uno de esta ciudad y dos de aquella familia,
de todo lugar donde estén esparcidos.
15
Y les daré pastores conforme a mi propio corazón,
que los guiarán con conocimiento y entendimiento.
16
»”Cuando una vez más la tierra se llene de gente —dice el Señor
—, ya no desearán más ‘los viejos tiempos’ cuando poseían el arca del pacto del Señor
. No extrañarán aquellos días, ni siquiera los recordarán y no habrá necesidad de reconstruir el arca.
17
En aquel día, Jerusalén será conocida como ‘el Trono del Señor
’. Todas las naciones acudirán a Jerusalén para honrar al Señor
. Ya no seguirán tercamente sus propios malos deseos.
18
En aquellos días la gente de Judá y la gente de Israel volverán juntas del destierro del norte. Regresarán a la tierra que les di a sus antepasados como herencia perpetua.
19
»”Me dije a mí mismo:
‘¡Cómo quisiera tratarlos como a mis propios hijos!’.
Solo quería darles esta hermosa tierra,
la posesión más maravillosa del mundo.
Esperaba con anhelo que me llamaran ‘Padre’,
y quise que nunca se alejaran de mí.
20
Sin embargo, me fuiste infiel, ¡pueblo de Israel!
Has sido como una esposa infiel que deja a su marido.
Yo, el Señor
, he hablado”».
21
Se escuchan voces en las alturas de las montañas desoladas,
el llanto y las súplicas del pueblo de Israel.
Pues han escogido caminos torcidos
y se han olvidado del Señor
su Dios.
22
«Vuelvan a mí, hijos descarriados —dice el Señor
—,
y les sanaré el corazón extraviado».
«Sí, ya vamos —responde el pueblo—,
porque tú eres el Señor
nuestro Dios.
23
Nuestro culto a ídolos en las colinas
y nuestras orgías religiosas en las montañas
son una falsa ilusión.
Solo en el Señor
nuestro Dios
encontrará Israel salvación.
24
Desde la niñez hemos visto
cómo todo aquello por lo que trabajaron nuestros antepasados
—sus ganados y rebaños, sus hijos e hijas—
se despilfarraba en una falsa ilusión.