2
Vete por la puerta de las Ollas Rotas al basurero en el valle de Ben-hinom, y dales este mensaje.
3
Diles: “¡Reyes de Judá y ciudadanos de Jerusalén, escuchen este mensaje del Señor
! Esto dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: ‘¡Traeré un terrible desastre a este lugar, y a los que se enteren les zumbarán los oídos!
4
»’Pues Israel me ha abandonado y convirtió este valle en un lugar de maldad. La gente quema incienso a dioses ajenos, ídolos nunca antes conocidos por esta generación ni por sus antepasados ni por los reyes de Judá. Y han llenado este lugar de sangre de niños inocentes.
5
Han construido altares paganos a Baal y allí queman a sus hijos en sacrificio a Baal. Jamás ordené un acto tan horrendo; ¡ni siquiera me pasó por la mente ordenar semejante cosa!
6
Así que, ¡atención! Se acerca la hora —dice el Señor
—, cuando ese basurero ya no será llamado más Tofet ni valle de Ben-hinom, sino valle de la Matanza.
7
»’Trastornaré los planes cuidadosos de Judá y Jerusalén. Dejaré que los ejércitos invasores masacren a la gente y dejaré los cadáveres como comida para los buitres y los animales salvajes.
8
Reduciré a ruinas a Jerusalén, y así la haré un monumento a su necedad. Todos los que pasen por allí quedarán pasmados y darán un grito de asombro al ver la destrucción.
9
Me ocuparé de que sus enemigos sitien la ciudad hasta que no haya más comida. Entonces los que queden atrapados adentro se comerán a sus hijos, a sus hijas y a sus amigos. Caerán en una profunda desesperación’”.
10
»Jeremías, rompe en pedazos a la vista de estos hombres la vasija que trajiste.
11
Luego diles: “Esto dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales: ‘Así como esta vasija está hecha pedazos, así haré pedazos a la gente de Judá y de Jerusalén, de tal manera que no habrá esperanza de reparación. Enterrarán a sus muertos aquí en Tofet, el basurero, hasta que ya no haya más lugar.
12
Esto le haré a este lugar y a su gente, dice el Señor
. Haré que esta ciudad sea profanada como Tofet.
13
Efectivamente, todas las casas de Jerusalén —incluso el palacio de los reyes de Judá— quedarán como Tofet, es decir, todas las casas donde quemaron incienso en las azoteas en honor a los astros como si fueran dioses o donde derramaron ofrendas líquidas a sus ídolos’”».
14
Después de transmitir el mensaje, Jeremías regresó de Tofet, el basurero, y se detuvo frente al templo del Señor
. Allí le dijo a la gente:
15
«Esto dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Traeré desastre sobre esta ciudad y las aldeas vecinas como lo prometí, porque tercamente se negaron a escucharme”».