11
»Por lo tanto, Jeremías, advierte a todo Judá y a Jerusalén y diles: “Esto dice el Señor
: ‘En vez de algo bueno, les tengo preparado un desastre. Así que cada uno de ustedes abandone sus malos caminos y haga lo correcto’”».
12
Sin embargo, el pueblo respondió: «No gastes saliva. Continuaremos viviendo como se nos antoja y con terquedad seguiremos nuestros propios malos deseos».
13
Así que esto dice el Señor
:
«¿Acaso alguien ha oído semejante cosa,
aun entre las naciones paganas?
¡Israel, mi hija virgen,
ha hecho algo terrible!
14
¿Acaso la nieve desaparece de las cumbres del Líbano?
¿Quedan secos los arroyos helados que fluyen de esas montañas distantes?
15
Pero mi pueblo no es confiable, porque me ha abandonado;
quema incienso a ídolos inútiles.
Tropezó y salió de los caminos antiguos
y anduvo por senderos llenos de lodo.
16
Por lo tanto, su tierra quedará desolada,
será un monumento a su necedad.
Todos los que pasen por allí quedarán pasmados
y menearán la cabeza con asombro.
17
Como el viento del oriente desparrama el polvo,
así esparciré a mi pueblo delante de sus enemigos.
Cuando tengan dificultades, les daré la espalda
y no prestaré atención a su aflicción».
18
Complot contra Jeremías
Entonces el pueblo dijo: «Vengan, busquemos la manera de detener a Jeremías. Ya tenemos suficientes sacerdotes, sabios y profetas. No necesitamos que él enseñe la palabra ni que nos dé consejos ni profecías. Hagamos correr rumores acerca de él y no hagamos caso a lo que dice».
19
Señor
, ¡óyeme y ayúdame!
Escucha lo que dicen mis enemigos.
20
¿Deben pagar mal por bien?
Han cavado una fosa para matarme,
aunque intercedí por ellos
y traté de protegerlos de tu enojo.
21
¡Así que deja que sus hijos se mueran de hambre!
¡Deja que mueran a espada!
Que sus esposas se conviertan en viudas, sin hijos.
¡Que sus ancianos se mueran por una plaga
y que sus jóvenes sean muertos en batalla!