2 Con mis manos hice tanto el cielo como la tierra;
son míos, con todo lo que hay en ellos.
¡Yo, el Señor
, he hablado!
»Bendeciré a los que tienen un corazón humilde y arrepentido,
a los que tiemblan ante mi palabra.
3 Pero a los que escojan sus propios caminos
y se deleiten en sus pecados detestables,
no les aceptaré sus ofrendas.
Cuando tales personas sacrifiquen un toro,
no será más aceptable que un sacrificio humano.
Cuando sacrifiquen un cordero,
será como si hubieran sacrificado un perro.
Cuando traigan una ofrenda de grano,
igual sería que ofrecieran sangre de cerdo.
Cuando quemen incienso,
será como si hubieran bendecido a un ídolo.
4 Yo les enviaré grandes dificultades:
todas las cosas que ellos temían.
Cuando los llamé, no me respondieron.
Cuando les hablé, no me escucharon.
Pecaron deliberadamente ante mis propios ojos
y escogieron hacer lo que saben que yo desprecio».
5 Escuchen este mensaje del Señor
,
ustedes que tiemblan ante sus palabras:
«Su propio pueblo los odia
y los expulsa por ser leales a mi nombre.
“¡Que el Señor
sea honrado! —se burlan—.
¡Alégrense en él!”.
Pero ellos serán avergonzados.
6 ¿Qué es ese alboroto que hay en la ciudad?
¿Qué es ese ruido tan terrible que viene del templo?
Es la voz del Señor
,
vengándose de sus enemigos.
7 »Aun antes de que comenzaran los dolores de parto,
Jerusalén dio a luz un hijo.
8 ¿Acaso alguien ha visto algo tan extraño como esto?
¿Quién ha oído hablar de algo así?
¿Acaso ha nacido una nación en un solo día?
¿Acaso ha surgido un país en un solo instante?
Pero para cuando le comiencen los dolores de parto a Jerusalén,
ya habrán nacido sus hijos.
9 ¿Llevaría yo a esta nación al punto de nacer
para después no dejar que naciera? —pregunta el Señor
—.
¡No! Nunca impediría que naciera esta nación
—dice su Dios—.
10 »¡Alégrense con Jerusalén!
Gócense con ella, todos ustedes que la aman
y ustedes que se lamentan por ella.
11 Beban abundantemente de su gloria,
como bebe un pequeño hasta saciarse de los pechos consoladores de su madre».
12 Esto dice el Señor
:
«Yo le daré a Jerusalén un río de paz y de prosperidad.
Las riquezas de las naciones fluirán hacia ella.
Sus hijos se alimentarán de sus pechos,
serán llevados en sus brazos y sostenidos en sus piernas.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Isaías 66:2 Todo esto lo hizo mi mano, y así todas estas cosas llegaron a serdeclara el SEÑOR. Pero a éste miraré: al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra.

English Standard Version ESV

Isaiah 66:2 All these things my hand has made, and so all these things came to be, declares the LORD. But this is the one to whom I will look: he who is humble and contrite in spirit and trembles at my word.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Isaías 66:2 Mi mano hizo todas estas cosas, y por ella todas estas cosas fueron, dijo el SEÑOR; a aquel pues miraré que es pobre y abatido de espíritu, y que tiembla a mi palabra

King James Version KJV

Isaiah 66:2 For all those things hath mine hand made, and all those things have been, saith the LORD: but to this man will I look, even to him that is poor and of a contrite spirit, and trembleth at my word.

New King James Version NKJV

Isaiah 66:2 For all those things My hand has made, And all those things exist," Says the Lord. "But on this one will I look: On him who is poor and of a contrite spirit, And who trembles at My word.

Nueva Versión Internacional NVI

Isaías 66:2 Fue mi mano la que hizo todas estas cosas;fue así como llegaron a existir—afirma el SEÑOR—.»Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu,a los que tiemblan ante mi palabra.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Isaías 66:2 Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová: mas á aquél miraré que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla á mi palabra.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Isaías 66:2 Mi mano hizo todas estas cosas, y por ella todas estas cosas fueron, dijo el SEÑOR; a aquél pues miraré que es pobre y abatido de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

Herramientas de Estudio para Isaías 66:2-12