14
Dirá: «He guardado silencio por mucho tiempo;
sí, me he contenido.
Pero ahora, como una mujer que da a luz,
gritaré, gemiré y jadearé.
15
Allanaré los montes y las colinas
y arruinaré toda su vegetación.
Convertiré los ríos en tierra seca
y secaré todas las lagunas.
16
Guiaré al ciego Israel por una senda nueva,
llevándolo por un camino desconocido.
Iluminaré las tinieblas a su paso
y allanaré el camino delante de ellos.
Ciertamente yo haré estas cosas;
no los abandonaré.
17
Pero los que confían en ídolos,
los que dicen: “Ustedes son nuestros dioses”,
se alejarán avergonzados.
18
Israel no ha querido escuchar ni ver
»¡Escuchen ustedes, sordos!
¡Miren y vean, ciegos!
19
¿Quién es tan ciego como mi propio pueblo, mi siervo?
¿Quién es tan sordo como mi mensajero?
¿Quién es tan ciego como mi pueblo elegido,
el siervo del Señor
?
20
Ustedes ven y reconocen lo que es correcto,
pero se niegan a hacerlo.
Escuchan con sus oídos,
pero en realidad no prestan atención».
21
Debido a que el Señor
es justo,
él ha exaltado su ley gloriosa;
22
pero a su pueblo lo han robado y saqueado,
lo han esclavizado, metido en prisión y atrapado.
Es blanco fácil para cualquiera,
y no tiene a nadie que lo proteja,
a nadie que lo lleve de regreso a casa.
23
¿Quién escuchará estas lecciones del pasado
y verá la ruina que le espera en el futuro?
24
¿Quién permitió que robaran e hirieran a Israel?
Fue el Señor
, contra quien pecamos,
porque los israelitas no quisieron andar por su camino,
ni quisieron obedecer su ley.
25
Por lo tanto, él derramó su furia sobre ellos
y los destruyó en batalla.
Las llamas los envolvieron,
pero aun así se negaron a entender.
El fuego los consumió,
pero no aprendieron su lección.