24
Apenas comienzan, recién están echando raíces,
cuando él sopla sobre ellos y se marchitan;
se los lleva el viento como a la paja.
25
«¿Con quién me compararán?
¿Quién es igual a mí?», pregunta el Santo.
26
Levanten la mirada a los cielos.
¿Quién creó todas las estrellas?
Él las hace salir como un ejército, una tras otra,
y llama a cada una por su nombre.
A causa de su gran poder y su incomparable fuerza,
no se pierde ni una de ellas.
27
Oh Jacob, ¿cómo puedes decir que el Señor
no ve tus dificultades?
Oh Israel, ¿cómo puedes decir que Dios no toma en cuenta tus derechos?
28
¿Acaso nunca han oído?
¿Nunca han entendido?
El Señor
es el Dios eterno,
el Creador de toda la tierra.
Él nunca se debilita ni se cansa;
nadie puede medir la profundidad de su entendimiento.
29
Él da poder a los indefensos
y fortaleza a los débiles.
30
Hasta los jóvenes se debilitan y se cansan,
y los hombres jóvenes caen exhaustos.
31
En cambio, los que confían en el Señor
encontrarán nuevas fuerzas;
volarán alto, como con alas de águila.
Correrán y no se cansarán;
caminarán y no desmayarán.