2
Pues el Señor
está furioso contra las naciones;
su furia es contra todos sus ejércitos.
Los destruirá
por completo,
los condenará a ser masacrados.
3
Sus muertos quedarán sin sepultura,
y el hedor de los cuerpos podridos llenará la tierra;
de los montes fluirá su sangre.
4
Arriba, los cielos se esfumarán
y desaparecerán como quien enrolla un pergamino.
Las estrellas caerán de los cielos
como caen las hojas marchitas de una vid,
o los higos secos de una higuera.
5
Y cuando mi espada haya terminado su trabajo en los cielos,
caerá sobre Edom,
la nación que he señalado para ser destruida.
6
La espada del Señor
está empapada en sangre
y cubierta de grasa,
con la sangre de corderos y cabras,
con la grasa de carneros preparados para el sacrificio.
Sí, el Señor
ofrecerá un sacrificio en la ciudad de Bosra
y hará una gran matanza en Edom.
7
Hasta morirán hombres tan fuertes como los bueyes salvajes,
los jóvenes junto a los veteranos.
La tierra quedará empapada en sangre
y el suelo enriquecido con la grasa.
8
Pues es el día de la venganza del Señor
,
el año cuando Edom recibirá el pago por todo lo que le hizo a Israel.
9
Los arroyos de Edom se llenarán de brea ardiente
y el suelo se cubrirá de fuego.
10
Este juicio sobre Edom nunca tendrá fin;
el humo de la nación en llamas se levantará para siempre.
La tierra quedará abandonada de generación en generación;
nadie volverá a vivir allí.
11
Será frecuentada por el búho del desierto y la lechuza blanca,
el búho grande y el cuervo.
Pues Dios medirá esa tierra con cuidado;
la medirá para el caos y la destrucción.
12
Se llamará la Tierra de Nada,
y pronto todos sus nobles desaparecerán.