20
Y ahora, que el Dios de paz
—quien levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús,
el gran Pastor de las ovejas,
y que ratificó un pacto eterno con su sangre—
21
los capacite con todo lo que necesiten
para hacer su voluntad.
Que él produzca en ustedes,
mediante el poder de Jesucristo,
todo lo bueno que a él le agrada.
¡A él sea toda la gloria por siempre y para siempre! Amén.
22
Les ruego, amados hermanos, que hagan caso a lo que les escribí en esta breve exhortación.
23
Quiero que sepan que nuestro hermano Timoteo ya salió de la cárcel. Si llega pronto, lo llevaré conmigo cuando vaya a verlos.
24
Saluden a todos los líderes y a todos los creyentes que están allí. Los creyentes de Italia les envían sus saludos.
25
Que la gracia de Dios sea con todos ustedes.