10
»Es por causa de ustedes que los cielos retienen el rocío y la tierra no produce cosechas.
11
Yo mandé la sequía sobre sus campos y colinas; una sequía que destruirá el grano, el vino nuevo, el aceite de oliva y las demás cosechas; una sequía que hará que ustedes y sus animales pasen hambre y arruinará todo aquello por lo que tanto han trabajado».
12
Obediencia al llamado de Dios
Entonces Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, el sumo sacerdote, y todo el remanente del pueblo de Dios comenzaron a obedecer el mensaje del Señor
su Dios. Cuando oyeron las palabras del profeta Hageo, a quien el Señor
su Dios había enviado, el pueblo temió al Señor
.
13
Luego Hageo, el mensajero del Señor
, dio al pueblo el siguiente mensaje del Señor
: «¡Yo estoy con ustedes, dice el Señor
!».
14
Entonces el Señor
despertó el entusiasmo de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y de Jesúa, hijo de Josadac, el sumo sacerdote, y de todo el remanente del pueblo de Dios. Comenzaron a trabajar en la casa de su Dios, el Señor
de los Ejércitos Celestiales,
15
el 21 de septiembre
del segundo año del reinado del rey Darío.