18
Te producirá espinos y cardos,
aunque comerás de sus granos.
19
Con el sudor de tu frente
obtendrás alimento para comer
hasta que vuelvas a la tierra
de la que fuiste formado.
Pues fuiste hecho del polvo,
y al polvo volverás».
20
El paraíso perdido: el juicio de Dios
Después, el hombre —Adán— le puso a su esposa el nombre Eva, porque ella sería la madre de todos los que viven.
21
Y el Señor
Dios hizo ropa de pieles de animales para Adán y su esposa.
22
Luego el Señor
Dios dijo: «Miren, los seres humanos
se han vuelto como nosotros, con conocimiento del bien y del mal. ¿Y qué ocurrirá si toman el fruto del árbol de la vida y lo comen? ¡Entonces vivirán para siempre!».
23
Así que el Señor
Dios los expulsó del jardín de Edén y envió a Adán a cultivar la tierra de la cual él había sido formado.
24
Después de expulsarlos, el Señor
Dios puso querubines poderosos al oriente del jardín de Edén; y colocó una espada de fuego ardiente —que destellaba al moverse de un lado a otro— a fin de custodiar el camino hacia el árbol de la vida.