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‘Yo soy el Señor
su Dios —les dije—. Sigan mis decretos, presten atención a mis ordenanzas
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y mantengan santos mis días de descanso, porque son una señal para recordarles que yo soy el Señor
su Dios’.
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»”Sin embargo, sus hijos también se rebelaron contra mí. Se negaron a cumplir mis decretos y a seguir mis ordenanzas, a pesar de que la obediencia les hubiera dado vida. Además profanaron mis días de descanso. Así que amenacé nuevamente con derramar mi furia sobre ellos en el desierto.
22
No obstante, quité mi juicio contra ellos a fin de proteger el honor de mi nombre ante las naciones que habían visto mi poder cuando los saqué de Egipto;
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pero hice un juramento solemne contra ellos en el desierto: juré esparcirlos por todas las naciones
24
porque no obedecieron mis ordenanzas. Se burlaron de mis decretos al profanar mis días de descanso y anhelar los ídolos de sus antepasados.
25
Los entregué a decretos y ordenanzas inútiles, que no los conducirían a la vida.
26
Dejé que se contaminaran
con los mismos regalos que yo les había dado y permití que sacrificaran a su hijo mayor como ofrenda a sus dioses, para devastarlos y recordarles que solo yo soy el Señor
”.
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Juicio y restauración
»Por lo tanto, hijo de hombre, dale este mensaje al pueblo de Israel de parte del Señor
Soberano: “Tus antepasados siguieron blasfemando y traicionándome,
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pues cuando los hice entrar en la tierra que les había prometido, ¡ofrecieron sacrificios en cada colina alta y debajo de cada árbol frondoso que encontraron! Provocaron mi furia al ofrecer sacrificios a sus dioses. ¡Les llevaron perfumes e incienso y derramaron ofrendas líquidas ante ellos!
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Les dije: ‘¿Qué es ese lugar alto adonde van?’”. (Desde entonces, esa clase de santuario pagano se llama Bama, que significa “lugar alto”).