2
Entonces llegué a la conclusión de que los muertos están mejor que los vivos;
3
pero los más afortunados de todos son los que aún no nacen, porque no han visto toda la maldad que se comete bajo el sol.
4
Luego observé que a la mayoría de la gente le interesa alcanzar el éxito porque envidia a sus vecinos; pero eso tampoco tiene sentido, es como perseguir el viento.
5
«Los necios se cruzan de brazos,
y acaban en la ruina».
6
Sin embargo,
«es mejor tener un puñado con tranquilidad
que tener dos puñados con mucho esfuerzo
y perseguir el viento».
7
Las ventajas de tener compañía
También observé otro ejemplo de algo absurdo bajo el sol.
8
Es el caso de un hombre que está totalmente solo, sin hijos ni hermanos, no obstante trabaja mucho para acumular toda la riqueza posible. Sin embargo, luego se pregunta: «¿Para quién trabajo? ¿Por qué me privo de tantos placeres?». Nada tiene sentido, todo es tan deprimente.
9
Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito.
10
Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas.
11
Del mismo modo, si dos personas se recuestan juntas, pueden brindarse calor mutuamente; pero ¿cómo hace uno solo para entrar en calor?
12
Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente.