6
»El Señor
tu Dios cambiará tu corazón
y el de tus descendientes, para que lo ames con todo el corazón y con toda el alma, y para que tengas vida.
7
El Señor
tu Dios impondrá todas esas maldiciones a tus enemigos y a los que te odian y te persiguen.
8
Así volverás a obedecer al Señor
y cumplirás todos sus mandatos, los que yo te entrego hoy.
9
»Entonces el Señor
tu Dios te prosperará en todo lo que hagas. Te dará muchos hijos, una gran cantidad de animales y hará que tus campos produzcan cosechas abundantes, porque el Señor
volverá a deleitarse en ser bondadoso contigo como lo fue con tus antepasados.
10
El Señor
tu Dios se deleitará en ti si obedeces su voz y cumples los mandatos y los decretos escritos en este libro de instrucción, y si te vuelves al Señor
tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
11
Elección de vida o muerte
»El mandato que te entrego hoy no es demasiado difícil de entender ni está fuera de tu alcance.
12
No está guardado en los cielos, tan distante para que tengas que preguntar: “¿Quién subirá al cielo y lo bajará para que podamos oírlo y obedecer?”.
13
Tampoco está guardado más allá del mar, tan lejos para que tengas que preguntar: “¿Quién cruzará el mar y lo traerá para que podamos oírlo y obedecer?”.
14
Por el contrario, el mensaje está muy al alcance de la mano; está en tus labios y en tu corazón para que puedas obedecerlo.
15
»¡Ahora escucha! En este día, te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre la prosperidad y la calamidad.
16
Pues hoy te ordeno que ames al Señor
tu Dios y cumplas sus mandatos, decretos y ordenanzas andando en sus caminos. Si lo haces, vivirás y te multiplicarás, y el Señor
tu Dios te bendecirá a ti y también a la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer.
17
»Sin embargo, si tu corazón se aparta y te niegas a escuchar, y si te dejas llevar a servir y rendir culto a otros dioses,
18
entonces te advierto desde ya que sin duda serás destruido. No tendrás una buena y larga vida en la tierra que ocuparás al cruzar el Jordán.
19
»Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora pongo al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomes. ¡Ay, si eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir!
20
Puedes elegir esa opción al amar, al obedecer y al comprometerte firmemente con el Señor
tu Dios. Esa
es la clave para tu vida. Y si amas y obedeces al Señor
, vivirás por muchos años en la tierra que el Señor
juró dar a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob».