11
»El Señor
te dará prosperidad en la tierra que les juró a tus antepasados que te daría, te bendecirá con muchos hijos, gran cantidad de animales y cosechas abundantes.
12
El Señor
enviará lluvias en el tiempo oportuno desde su inagotable tesoro en los cielos y bendecirá todo tu trabajo. Tú prestarás a muchas naciones pero jamás tendrás necesidad de pedirles prestado.
13
Si escuchas los mandatos del Señor
tu Dios que te entrego hoy y los obedeces cuidadosamente, el Señor
te pondrá a la cabeza y no en la cola, y siempre estarás en la cima, nunca por debajo.
14
No te apartes de ninguno de los mandatos que te entrego hoy, ni sigas a otros dioses ni les rindas culto.
15
Maldiciones por la desobediencia
»Pero si te niegas a escuchar al Señor
tu Dios y no obedeces los mandatos y los decretos que te entrego hoy, caerán sobre ti las siguientes maldiciones y te abrumarán:
16
Tus ciudades y tus campos
serán malditos.
17
Tus canastas y tus paneras
serán malditas.
18
Tus hijos y tus cosechas
serán malditos.
Las crías de tus rebaños y manadas
serán malditas.
19
Vayas donde vayas y en todo lo que hagas
serás maldito.
20
»El propio Señor
te enviará maldiciones, desorden y frustración en todo lo que hagas, hasta que por fin quedes totalmente destruido por hacer lo malo y por abandonarme.
21
El Señor
te afligirá con enfermedades hasta acabar contigo en la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer.
22
El Señor
te castigará con enfermedades degenerativas, con fiebre e inflamaciones, con calor abrasador, con sequías y pestes en los cultivos. Esas calamidades te perseguirán hasta la muerte.
23
Arriba, los cielos se pondrán rígidos como el bronce, y abajo, la tierra se volverá dura como el hierro.
24
El Señor
convertirá en polvo la lluvia que riega tu tierra, y el polvo caerá del cielo hasta que quedes destruido.
25
»El Señor
hará que tus enemigos te derroten. ¡Tú saldrás a atacarlos de una sola dirección pero te dispersarás por siete! Serás un objeto de horror para todos los reinos de la tierra.
26
Tus cadáveres serán alimento para las aves carroñeras y los animales salvajes, y no habrá nadie allí para espantarlos.
27
»El Señor
te afligirá con llagas purulentas como las de Egipto, y con tumores, con escorbuto y picazón incurables.
28
El Señor
te castigará con locura, ceguera y pánico.
29
Andarás a tientas a plena luz del día como un ciego que palpa en la oscuridad pero no encontrarás la senda. Te oprimirán y te asaltarán constantemente, y nadie vendrá en tu ayuda.
30
»Estarás comprometido para casarte, pero otro se acostará con tu prometida. Construirás una casa, pero otro vivirá en ella. Plantarás un viñedo pero nunca aprovecharás sus frutos.
31
Verás descuartizar a tu buey delante de tus ojos pero no comerás ni un solo bocado de la carne. Te quitarán el burro y nunca más te lo devolverán. Entregarán tus ovejas y cabras al enemigo, y nadie saldrá a ayudarte.