5
Después el grupo de profetas de Jericó se acercó a Eliseo para preguntarle:
—¿Sabías que hoy el Señor
se llevará a tu amo?
—Claro que lo sé —contestó Eliseo—, ¡pero no digan nada!
6
Entonces Elías le dijo a Eliseo:
—Quédate aquí, porque el Señor
me dijo que fuera al río Jordán.
Pero una vez más, Eliseo respondió:
—Tan cierto como que el Señor
vive y que tú vives, ¡nunca te dejaré!
Así que siguieron juntos.
7
Cincuenta hombres del grupo de profetas también fueron y observaron de lejos cuando Elías y Eliseo se detuvieron junto al río Jordán.
8
Luego Elías dobló su manto y con él golpeó el agua. ¡El río se dividió en dos y ambos cruzaron sobre tierra seca!
9
Cuando llegaron al otro lado, Elías le dijo a Eliseo:
—Dime qué puedo hacer por ti antes de ser llevado.
Y Eliseo respondió:
—Te pido que me permitas heredar una doble porción de tu espíritu y que llegue a ser tu sucesor.
10
—Has pedido algo difícil —respondió Elías—. Si me ves en el momento en que sea llevado de tu lado, recibirás lo que pediste; pero si no me ves, no lo recibirás.
11
Mientras iban caminando y conversando, de pronto apareció un carro de fuego, tirado por caballos de fuego. Pasó entre los dos hombres y los separó, y Elías fue llevado al cielo por un torbellino.
12
Eliseo lo vio y exclamó: «¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Veo los carros de Israel con sus conductores!». Mientras desaparecían de su vista, rasgó su ropa en señal de angustia.
13
Entonces Eliseo tomó el manto de Elías, el cual se había caído cuando fue llevado, y regresó a la orilla del río Jordán.
14
Golpeó el agua con el manto de Elías y exclamó: «¿Dónde está el Señor
, Dios de Elías?». Entonces el río se dividió en dos y Eliseo lo cruzó.
15
Cuando el grupo de profetas de Jericó vio desde lejos lo que había sucedido, exclamaron: «¡El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo!». Enseguida salieron a su encuentro y se inclinaron hasta el suelo delante de él.