18
Han arrojado al fuego a los dioses de esas naciones y los han quemado. ¡Por supuesto que los asirios pudieron destruirlos, pues no eran dioses en absoluto! Eran solo ídolos de madera y de piedra, formados por manos humanas.
19
Ahora, oh Señor
nuestro Dios, rescátanos de su poder; así todos los reinos de la tierra sabrán que solo tú, oh Señor
, eres Dios».
20
Isaías predice la liberación de Judá
Después, Isaías, hijo de Amoz, le envió a Ezequías el siguiente mensaje: «Esto dice el Señor
, Dios de Israel: “He oído tu oración con respecto al rey Senaquerib de Asiria,
21
y el Señor
ha pronunciado estas palabras en su contra:
»”La hija virgen de Sión
te desprecia y se ríe de ti.
La hija de Jerusalén
menea la cabeza con desdén mientras tú huyes.
22
»”¿A quién has estado desafiando y ridiculizando?
¿Contra quién levantaste la voz?
¿A quién miraste con ojos tan arrogantes?
¡Fue al Santo de Israel!
23
Por medio de tus mensajeros, has desafiado al Señor.
Dijiste: ‘Con mis numerosos carros de guerra
conquisté las montañas más altas,
sí, las cimas más remotas del Líbano.
Corté sus cedros más altos
y sus mejores cipreses.
Alcancé sus rincones más lejanos
y exploré sus bosques más espesos.
24
Cavé pozos en muchas tierras extranjeras
y me refresqué con sus aguas.
¡Con la planta de mi pie
detuve todos los ríos de Egipto!’.
25
»”Pero ¿acaso no has oído?
Yo lo decidí hace mucho tiempo.
Hace mucho que lo planifiqué,
y ahora lo llevo a cabo.
Yo determiné que tú aplastaras ciudades fortificadas
y las redujeras a un montón de escombros.
26
Por eso sus habitantes tienen tan poco poder
y están tan asustados y confundidos.
Son tan débiles como la hierba,
tan fáciles de pisotear como tiernos brotes verdes.
Son como hierba que sale en el techo de una casa,
que se quema antes de poder crecer alta y lozana.
27
»”Pero a ti te conozco bien:
sé dónde te encuentras,
y cuándo entras y sales.
Conozco la forma en que desataste tu furia contra mí.
28
Por esa furia en mi contra
y por tu arrogancia, que yo mismo oí,
te pondré mi gancho en la nariz
y mi freno en la boca.
Te haré regresar
por el mismo camino por donde viniste”».