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Así que los comandantes hicieron todo tal como el sacerdote Joiada les había ordenado. Los comandantes se encargaron de los hombres que se presentaban para su turno ese día de descanso, así como de los que terminaban el suyo. Los llevaron a todos ante el sacerdote Joiada,
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quien les dio las lanzas y los escudos pequeños que habían pertenecido al rey David y estaban guardados en el templo del Señor
.
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Los guardias del palacio se ubicaron alrededor del rey, con sus armas listas. Formaron una hilera desde el lado sur del templo hasta el lado norte y alrededor del altar.
12
Entonces Joiada sacó a Joás, el hijo del rey, puso la corona sobre su cabeza y le entregó una copia de las leyes de Dios.
Lo ungieron y lo proclamaron rey, y todos aplaudieron y gritaron: «¡Viva el rey!».
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Muerte de Atalía
Cuando Atalía oyó el ruido que hacían los guardias del palacio y la gente, fue de prisa al templo del Señor
para ver qué pasaba.
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Cuando llegó, vio al recién coronado rey de pie en el lugar de autoridad, junto a la columna, como era la costumbre durante las coronaciones. Los comandantes y los trompetistas lo rodeaban, y gente de todo el reino celebraba y tocaba las trompetas. Cuando Atalía vio todo esto, rasgó su ropa en señal de desesperación y gritó: «¡Traición! ¡Traición!».
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Después el sacerdote Joiada ordenó a los comandantes que estaban a cargo de las tropas: «Llévensela a los soldados que están de guardia frente al templo,
y maten a cualquiera que intente rescatarla». Pues el sacerdote había dicho: «No deben matarla dentro del templo del Señor
».
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Por eso la agarraron y la llevaron a la puerta por donde los caballos entraban al predio del palacio, y allí la mataron.
17
Reformas religiosas de Joiada
Luego Joiada hizo un pacto entre el Señor
y el rey y el pueblo, de que serían el pueblo del Señor
. También hizo un pacto entre el rey y el pueblo.
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Así que toda la gente fue al templo de Baal y entre todos lo destruyeron; demolieron los altares, hicieron pedazos los ídolos y mataron a Matán, el sacerdote de Baal, frente a los altares.
El sacerdote Joiada puso guardias en el templo del Señor
.
19
Después los comandantes, los mercenarios cariteos, los guardias del palacio y toda la gente del reino escoltaron al rey desde el templo del Señor
; pasaron por la puerta de la guardia y entraron al palacio, y el rey se sentó en el trono real.