23
Después, llevaron los chivos para la ofrenda por el pecado ante el rey y ante la asamblea, quienes pusieron sus manos sobre ellos.
24
Luego los sacerdotes mataron los chivos como ofrenda por el pecado y rociaron su sangre sobre el altar para hacer expiación por los pecados de todo Israel. El rey había ordenado expresamente que esta ofrenda quemada así como la ofrenda por el pecado se hicieran por todo Israel.
25
Luego el rey Ezequías ubicó a los levitas en el templo del Señor
provistos de címbalos, liras y arpas. Obedeció todos los mandatos que el Señor
le había dado al rey David por medio de Gad, el vidente del rey, y del profeta Natán.
26
Después los levitas tomaron sus posiciones alrededor del templo con los instrumentos de David, y los sacerdotes tomaron sus posiciones con las trompetas.
27
Entonces Ezequías ordenó que pusieran la ofrenda quemada sobre el altar. Mientras se presentaba la ofrenda quemada, comenzaron los cánticos de alabanza al Señor
, al son de las trompetas y de los demás instrumentos de David, rey anterior de Israel.
28
Toda la asamblea adoró al Señor
mientras los cantores entonaban los cánticos y las trompetas sonaban, hasta que se terminaron todas las ofrendas quemadas.
29
Luego el rey y todos los que estaban con él se inclinaron en adoración.
30
El rey Ezequías y los funcionarios ordenaron a los levitas que alabaran al Señor
con los salmos escritos por David y por el vidente Asaf. De modo que ofrecieron alegres alabanzas y se inclinaron en adoración.
31
Luego Ezequías exclamó: «Ahora que ustedes se han consagrado al Señor
, traigan sus sacrificios y ofrendas de acción de gracias al templo del Señor
». Entonces la gente llevó sus sacrificios y ofrendas de acción de gracias, y todos los que tenían el corazón dispuesto llevaron también ofrendas quemadas.
32
El pueblo llevó al Señor
setenta toros, cien carneros y doscientos corderos para las ofrendas quemadas.
33
También llevaron seiscientas cabezas de ganado y tres mil ovejas y cabras como ofrendas sagradas.
34
Sin embargo, no había suficientes sacerdotes para preparar todas las ofrendas quemadas. Por eso sus parientes, los levitas, los ayudaron hasta terminar el trabajo, y hasta que se purificaran más sacerdotes, porque los levitas habían sido más cuidadosos en cuanto a purificarse que los sacerdotes.
35
Hubo abundancia de ofrendas quemadas, junto con las ofrendas líquidas habituales, y una gran cantidad de grasa de las muchas ofrendas de paz.
Así que se restituyó el servicio en el templo del Señor
.
36
Ezequías y todo el pueblo se alegraron por lo que Dios había hecho por el pueblo, porque todo se había llevado a cabo con tanta rapidez.