6 Pues Dios, quien dijo: «Que haya luz en la oscuridad», hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo.
7 Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro.
Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.
8 Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación.
9 Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios. Somos derribados, pero no destruidos.
10 Mediante el sufrimiento, nuestro cuerpo sigue participando de la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús también pueda verse en nuestro cuerpo.
11 Es cierto, vivimos en constante peligro de muerte porque servimos a Jesús, para que la vida de Jesús sea evidente en nuestro cuerpo que muere.
12 Así que vivimos de cara a la muerte, pero esto ha dado como resultado vida eterna para ustedes.
13 Sin embargo, seguimos predicando porque tenemos la misma clase de fe que tenía el salmista cuando dijo: «Creí en Dios, por tanto hablé»
.
14 Sabemos que Dios, quien resucitó al Señor Jesús,
también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará ante sí mismo junto con ustedes.
15 Todo esto es para beneficio de ustedes, y a medida que la gracia de Dios alcance a más y más personas, habrá abundante acción de gracias, y Dios recibirá más y más gloria.
16 Es por esto que nunca nos damos por vencidos. Aunque nuestro cuerpo está muriéndose, nuestro espíritu
va renovándose cada día.
17 Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades!
18 Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

2 Corintios 4:6 Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandecerá la luz, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo.

English Standard Version ESV

2 Corinthians 4:6 For God, who said, "Let light shine out of darkness,"has shone in our hearts to give the light of the knowledge of the glory of God in the face of Jesus Christ.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

2 Corintios 4:6 Porque el Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la claridad de Dios en la faz del Cristo Jesús

King James Version KJV

New King James Version NKJV

2 Corinthians 4:6 For it is the God who commanded light to shine out of darkness, who has shone in our hearts to give the light of the knowledge of the glory of God in the face of Jesus Christ.

Nueva Versión Internacional NVI

2 Corintios 4:6 Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

2 Corintios 4:6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

2 Corintios 4:6 Porque el Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la claridad de Dios en la faz del Cristo Jesús.

Herramientas de Estudio para 2 Corintios 4:6-18