31
Así que los israelitas persiguieron y mataron a los filisteos todo el día desde Micmas hasta Ajalón, pero los soldados iban debilitándose.
32
Esa noche se apresuraron a echar mano del botín y mataron ovejas, cabras, ganado y becerros, pero los comieron sin escurrirles la sangre.
33
Entonces alguien le informó a Saúl:
—Mira, los hombres están pecando contra el Señor
al comer carne que todavía tiene sangre.
—¡Eso está muy mal! —dijo Saúl—. Busquen una piedra grande y haganla rodar hasta aquí.
34
Luego vayan entre las tropas y díganles: “Tráiganme el ganado, las ovejas y las cabras. Mátenlos aquí y escúrranles la sangre antes de comérselos. No pequen contra el Señor
al comer carne que aún tiene sangre”.
Así que esa noche las tropas llevaron sus animales y los mataron allí.
35
Luego Saúl construyó un altar al Señor
; fue el primer altar que él le construyó al Señor
.
36
Después Saúl dijo:
—Persigamos a los filisteos toda la noche y saqueemos sus bienes hasta el amanecer. Destruyamos hasta el último hombre.
Sus hombres respondieron:
—Haremos lo que mejor te parezca.
Pero el sacerdote dijo:
—Primero consultemos a Dios.
37
Entonces Saúl le preguntó a Dios:
—¿Debemos perseguir a los filisteos? ¿Nos ayudarás a derrotarlos?
Pero Dios no respondió ese día.
38
Entonces Saúl les dijo a los líderes:
—¡Algo anda mal! Que vengan aquí todos los comandantes de mi ejército. Debemos descubrir qué pecado se ha cometido hoy.
39
Juro por el nombre del Señor
, quien rescató a Israel, que el pecador morirá, ¡aun si fuera mi propio hijo Jonatán!
Pero nadie se atrevía a decirle cuál era el problema.
40
Entonces Saúl dijo:
—Jonatán y yo nos pondremos aquí, y todos ustedes se pondrán allá.
Y el pueblo respondió a Saúl:
—Lo que mejor te parezca.
41
Entonces Saúl oró:
—Oh, Señor
, Dios de Israel, por favor, muéstranos quién es culpable y quién es inocente.
Entonces hicieron un sorteo sagrado, y Jonatán y Saúl fueron señalados como los culpables, y los demás declarados inocentes.