14
Este hombre era israelita solo por parte de su madre, una viuda de la tribu de Neftalí, y su padre había sido un artesano del bronce en Tiro. Huram tenía mucha habilidad y talento para hacer todo tipo de trabajo en bronce, y aceptó ir para hacer toda la obra de metal para el rey Salomón.
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Huram fundió dos columnas de bronce, cada una tenía ocho metros y medio de alto y cinco metros y medio de circunferencia.
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Para la parte superior de las columnas, fundió capiteles de bronce, cada uno tenía dos metros y medio
de alto.
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Cada capitel estaba decorado con siete conjuntos de enrejado y cadenas entrelazadas.
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También rodeó el enrejado con dos filas de granadas, para decorar los capiteles en la parte superior de las columnas.
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Los capiteles de las columnas que estaban dentro de la antesala tenían forma de lirios, y medían un metro con ochenta centímetros
de alto.
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Los capiteles sobre las dos columnas estaban rodeados con doscientas granadas ubicadas en dos filas al lado de la superficie redondeada, junto al enrejado.
21
Huram puso las columnas a la entrada del templo, una hacia el sur y la otra hacia el norte. A la del sur la llamó Jaquín, y a la del norte, Boaz.
22
Los capiteles de las columnas tenían forma de lirios. Así quedó terminado el trabajo de las columnas.
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Luego Huram fundió un enorme tazón redondo, que medía cuatro metros y medio de borde a borde, llamado el Mar. Tenía dos metros con treinta centímetros de profundidad y cerca de catorce metros de circunferencia.
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Por debajo del borde, estaba rodeado por dos hileras de calabazas decorativas. Había unas veinte calabazas por cada treinta centímetros
de la circunferencia, que se habían fundido como parte del tazón.