6
pero Joab no incluyó a las tribus de Leví y Benjamín en el censo, porque estaba muy afligido por lo que el rey le había ordenado hacer.
7
Juicio por el pecado de David
Dios se disgustó mucho por el censo y castigó a Israel por haberlo levantado.
8
Entonces David le dijo a Dios: «He pecado grandemente al haber hecho el censo. Te ruego que perdones mi culpa por haber cometido esta tontería».
9
Entonces el Señor
le habló a Gad, el vidente de David, y le dio este mensaje:
10
«Ve y dile a David: “Esto dice el Señor
: ‘Te doy tres opciones; escoge uno de estos castigos, y yo te lo impondré’”».
11
De modo que Gad fue a ver a David y le dijo:
—Estas son las opciones que el Señor
te da:
12
puedes elegir entre tres años de hambre, tres meses de destrucción a espada de tus enemigos o tres días de una terrible plaga durante la cual el ángel del Señor
traerá devastación por toda la tierra de Israel. Decide y dime qué respuesta debo darle al Señor
, quien me envió.
13
—¡Estoy en una situación desesperada! —le respondió David a Gad—. Mejor que caiga yo en las manos del Señor
, porque su misericordia es muy grande, y que no caiga yo en manos humanas.
14
Por lo tanto, el Señor
mandó una plaga sobre Israel, y como consecuencia murieron setenta mil personas.
15
Además Dios envió un ángel para destruir a Jerusalén. Sin embargo, en el momento que el ángel se disponía a destruirla, el Señor
desistió y le dijo al ángel de la muerte: «¡Detente! ¡Ya es suficiente!». En ese momento el ángel del Señor
estaba de pie junto al campo de trillar de Arauna
el jebuseo.
16
David levantó la vista y vio que el ángel del Señor
estaba entre el cielo y la tierra con su espada desenvainada, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los líderes de Israel se pusieron tela áspera en señal de su profunda angustia y cayeron rostro en tierra.