28
Oh naciones del mundo, reconozcan al Señor
;
reconozcan que el Señor
es fuerte y glorioso.
29
¡Denle al Señor
la gloria que merece!
Lleven ofrendas y entren en su presencia.
Adoren al Señor
en todo su santo esplendor;
30
que toda la tierra tiemble delante de él.
El mundo permanece firme y no puede ser sacudido.
31
¡Que los cielos se alegren, y la tierra se goce!
Digan a todas las naciones: «¡El Señor
reina!».
32
¡Que el mar y todo lo que contiene exclamen sus alabanzas!
¡Que los campos y sus cultivos estallen de alegría!
33
Que los árboles del bosque susurren con alabanza,
porque el Señor
viene a juzgar la tierra.
34
¡Den gracias al Señor
, porque él es bueno!
Su fiel amor perdura para siempre.
35
Exclamen: «¡Sálvanos, oh Dios de nuestra salvación!
Reúnenos y rescátanos de entre las naciones,
para que podamos agradecer a tu santo nombre,
alegrarnos y alabarte».
36
¡Alaben al Señor
, Dios de Israel,
quien vive desde siempre y para siempre!
Y todo el pueblo exclamó: «¡Amén!», y alabó al Señor
.
37
Adoración en Jerusalén y Gabaón
David dispuso que Asaf y sus hermanos levitas sirvieran continuamente ante el arca del pacto del Señor
, encargados de hacer todo lo necesario cada día.
38
En este grupo estaban como porteros Obed-edom (hijo de Jedutún), Hosa y otros sesenta y ocho levitas.