2
Esa es la Buena Noticia que los salva si ustedes siguen creyendo el mensaje que les prediqué, a menos que hayan creído algo que desde un principio nunca fue cierto.
3
Yo les transmití a ustedes lo más importante y lo que se me había transmitido a mí también. Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las Escrituras.
4
Fue enterrado y al tercer día fue levantado de los muertos, tal como dicen las Escrituras.
5
Lo vio Pedro
y luego lo vieron los Doce.
6
Más tarde, lo vieron más de quinientos de sus seguidores
a la vez, la mayoría de los cuales todavía viven, aunque algunos ya han muerto.
7
Luego lo vio Santiago, y después lo vieron todos los apóstoles.
8
Por último, como si hubiera nacido en un tiempo que no me correspondía, también lo vi yo.
9
Pues soy el más insignificante de todos los apóstoles. De hecho, ni siquiera soy digno de ser llamado apóstol después de haber perseguido a la iglesia de Dios, como lo hice.
10
Sin embargo, lo que ahora soy, todo se debe a que Dios derramó su favor especial sobre mí, y no sin resultados. Pues he trabajado mucho más que cualquiera de los otros apóstoles; pero no fui yo sino Dios quien obraba a través de mí por su gracia.
11
Así que no importa si predico yo o predican ellos, porque todos predicamos el mismo mensaje que ustedes ya han creído.
12
La resurrección de los muertos
Pero díganme lo siguiente: dado que nosotros predicamos que Cristo se levantó de los muertos, ¿por qué algunos de ustedes dicen que no habrá resurrección de los muertos?