28
(Pero supongamos que alguien les dice: «Esta carne se ofreció a un ídolo». No la coman, por respeto a la conciencia del que lo dijo.
29
Tal vez no sea una cuestión de conciencia para ustedes, pero lo es para la otra persona). Pues, ¿por qué tendría que ser restringida mi libertad por lo que piense otra persona?
30
Si puedo darle gracias a Dios por la comida y disfrutarla, ¿por qué debería ser condenado por comerla?
31
Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.
32
No ofendan a los judíos ni a los gentiles
ni a la iglesia de Dios.
33
Yo también trato de complacer a todos en todo lo que hago. No hago solo lo que es mejor para mí; hago lo que es mejor para otros a fin de que muchos sean salvos.