21
Entraron<***> en Capernaúm; y enseguida, en el día de reposo entrando Jesús en la sinagoga comenzó a enseñar.
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Y se admiraban de su enseñanza; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
23
Y he aquí estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar,
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diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios.
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Jesús lo reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él!
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Entonces el espíritu inmundo, causándole convulsiones, gritó a gran voz y salió de él.
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Y todos se asombraron de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva con autoridad! El manda aun a los espíritus inmundos y le obedecen.
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Y enseguida su fama se extendió por todas partes, por toda la región alrededor de Galilea.
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Inmediatamente después de haber salido de la sinagoga, fueron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan.
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Y la suegra de Simón yacía enferma con fiebre; y enseguida le hablaron<***> de ella.
31
Jesús se le acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó; y ella les servía.