13
No muchos días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su hacienda viviendo perdidamente.
14
Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
15
Entonces fue y se acercó a uno de los ciudadanos de aquel país, y él lo mandó a sus campos a apacentar cerdos.
16
Y deseaba llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
17
Entonces, volviendo en sí, dijo: "¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre!
18
"Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: 'Padre, he pecado contra el cielo y ante ti;
19
ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores.'"
20
Y levantándose, fue a su padre. Y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó.
21
Y el hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo."
22
Pero el padre dijo a sus siervos: "Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies;
23
y traed el becerro engordado, matadlo, y comamos y regocijémonos;