7
El mundo no puede odiaros a vosotros, pero a mí me odia, porque yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas.
8
Subid vosotros a la fiesta; yo no subo a esta fiesta porque aún mi tiempo no se ha cumplido.
9
Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.
10
Pero cuando sus hermanos subieron a la fiesta, entonces El también subió; no abiertamente, sino en secreto.
11
Por eso los judíos le buscaban en la fiesta y decían: ¿Dónde está ése?
12
Y había mucha murmuración entre la gente acerca de El. Unos decían: El es bueno. Otros decían: No, al contrario, extravía a la gente.
13
Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de El por miedo a los judíos.
14
Pero ya a mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a enseñar.
15
Entonces los judíos se maravillaban, diciendo: ¿Cómo puede éste saber de letras sin haber estudiado?
16
Jesús entonces les respondió y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió.
17
Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá si mi enseñanza es de Dios o si hablo de mí mismo.