6
Tampoco dijeron: ¿Dónde está el SEÑOR que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra de yermos y de barrancos, por una tierra seca y tenebrosa, una tierra por la que nadie pasó y donde ningún hombre habitó?
7
Yo os traje a una tierra fértil, para que comierais de su fruto y de sus delicias; pero vinisteis y contaminasteis mi tierra, y de mi heredad hicisteis abominación.
8
Los sacerdotes no dijeron: "¿Dónde está el SEÑOR?" Los que se ocupaban de la ley no me conocieron, los gobernantes se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaban por Baal, y andaban tras cosas que no aprovechan.
9
Por tanto, aún contenderé con vosotrosdeclara el SEÑOR y con los hijos de vuestros hijos contenderé.
10
Pasad, pues, a las islas de Quitim y ved, enviad a Cedar y observad atentamente, y ved si ha habido cosa semejante:
11
¿Ha cambiado alguna nación sus dioses, aunque ésos no son dioses? Pues mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que no aprovecha.
12
Espantaos, oh cielos, por esto, y temblad, quedad en extremo desoladosdeclara el SEÑOR.
13
Porque dos males ha hecho mi pueblo: me han abandonado a mí, fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas agrietadas que no retienen el agua.
14
¿Es un esclavo Israel o un siervo nacido en casa? ¿Por qué se ha convertido en presa?
15
Contra él rugieron los leoncillos, fuertemente rugieron, y han hecho de su tierra una desolación; sus ciudades están quemadas, sin habitantes.
16
Incluso los hombres de Menfis y de Tafnes te han afeitado la coronilla.